Mostrando entradas con la etiqueta Amigos.. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Amigos.. Mostrar todas las entradas

martes, 30 de junio de 2009

Pequeños grandes tesoros


Cuando murió mi padre, yo tenía veintiún años y estaba bastante atontada pues no había tenido ningún motivo de fuerza mayor para madurar de golpe, hasta ese momento, claro.

Recuerdo que yo estaba abrazada a mi madre, la cual no reaccionaba a todo lo que ocurría a nuestro alrededor, mis hermanos no se lo podían creer. A mi alrededor todo estaba negro, fue un día de agosto muy soleado, pero yo no logro recordarlo. No paraba de venir gente a darnos el pésame, todo seguía oscuro. En aquella época no teníamos móviles por lo cual no pude avisar a mis amigos y pensé que ellos no se enterarían y no podrían acompañarme en esos momentos.
Al anochecer vi aparecer, entre la gran cantidad de personas que allí se agolpaban, a mi amiga-hermana. Cuando me abrazó comencé a sentir un poco de consuelo, el alivio del dolor que solo pueden dar las amistades que son para toda la vida.

Nunca le he agradecido su gran apoyo. La complicidad de la amistad sincera a la que se puede llegar no tiene precio y es un gran tesoro que no nos podemos permitir el lujo de perder. Hay que mimar los pequeños detalles, los que quedan al final y los que son los que realmente cuentan.

Gracias amiga-hermana.

martes, 23 de junio de 2009

Ha sido un honor...


¿Quién dice que la edad no es un grado?¿Quién dice que no tiene un gran significado la palabra maestro?

He trabajado durante cuatro años en el mismo instituto. Mi departamento está formado por seis profesores, siendo yo la "benjamina" del mismo, el mayor se jubila este verano y el resto tiene bastante experiencia docente.

Ángel, mi jefe de departamento, me ha enseñado que el rigor no está reñido con el sentido del humor y la complicidad con los alumnos. Gracias maestro.

Mª Victoria, catedrática de matemáticas, me ha enseñado que la preparación se demuestra trabajando, sin alardear de títulos y con un gran compañerismo. Gracias maestra.

Diego, matemático y el organizador de todas las actividades complementarias, me ha enseñado que, aún teniendo el viento en contra, siempre se puede buscar una solución buena para todos. Gracias maestro.

Mª Carmen, maestra y luchadora nata, me ha enseñado que lo importante es ser coherente, no perder de vista las prioridades porque los alumnos siempre lo agradecen aunque al principio pueda parecer todo lo contrario.

Paco, maestro y caballero, me ha enseñado que, aunque estés contra el sistema, no se deben descuidar las necesidades de los alumnos.

¿Cómo resumir todo lo que siento?Difícil.
Me he sentido protegida, apoyada, escuchada. Me voy llena de cariño y recordando todo lo bueno vivido: las risas en las reuniones de departamento, los cotilleos que nos contábamos cerrando la puerta para que no nos escucharan, las bromas que me hacíais y en las que yo siempre he caído, bajar a la cafetería y ver a Ángel y Diego desayunando sus pitufos de jamón, las semanas de las Matemáticas buscando innovar para sorprender a los alumnos, las cenas de Navidad y final de curso.
El próximo curso, cada martes a segunda hora, un trocito de mi corazón va a estar a vuestro lado porque esa hora se ha ido convirtiendo en terapia de grupo en familia.

Muchas gracias maestros...