Hoy comienza la venta sin receta y sin información para padres, de la píldora del día después.
En una clase de 3º E.S.O. ha salido la noticia. Un alumno ha sido el que me ha informado del "gran día" e inmediatamente después dos alumnas se unían a la conversación con una sonrisa en su cara. Realmente no sé a qué venía esa sonrisa, lo que sí sé es que me alegro de no ser su madre porque me horroriza pensar que unas niñas se tomen esa píldora todas las veces que quieran sin una mínima información y sin que sus "ingenuos" padres sepan lo que sus hijas se meten en el cuerpo. Les parecía bien no tener que informar a sus padres sobre la píldora del día después. Les pregunté si conocían los efectos secundarios y no tenían ni idea, piensan que es como tomar un paracetamol. Pero hasta el paracetamol tiene efectos secundarios...
En mi centro usamos los famosos "tamagochis" (seguro que no se escribe así, sorry). Son unos dispositivos electrónicos que mandan de manera inmediata a los padres las faltas, retrasos y amonestaciones vía móvil. Es decir, si un alumnos se hace la piarda a las 9:30 de la mañana, a las 10:30 al padre le llega un mensajito diciéndole que su hijo ha faltado de manera injustificada para que se ponga en contacto con el centro y así saber en todo momento qué ocurre con su hijo o hija...
Yo me pregunto ¿para qué? ¿Acaso no es más importante que un padre se entere de que su niña se ha tomado una píldora abortiva? ¿Tanto control para una cosa y tan poco para otra?
Os confieso que no entiendo nada. Mi sobrina mayor tiene diez años y cada vez me da más miedo que cumpla los catorce, solo espero que entre toda mi familia la eduquemos de manera que no se le pase por la cabeza hacer ninguna locura y que en todo momento confíe en nosotros.