lunes, 28 de septiembre de 2009

¿Píldora de la libertad?


Hoy comienza la venta sin receta y sin información para padres, de la píldora del día después.

En una clase de 3º E.S.O. ha salido la noticia. Un alumno ha sido el que me ha informado del "gran día" e inmediatamente después dos alumnas se unían a la conversación con una sonrisa en su cara. Realmente no sé a qué venía esa sonrisa, lo que sí sé es que me alegro de no ser su madre porque me horroriza pensar que unas niñas se tomen esa píldora todas las veces que quieran sin una mínima información y sin que sus "ingenuos" padres sepan lo que sus hijas se meten en el cuerpo. Les parecía bien no tener que informar a sus padres sobre la píldora del día después. Les pregunté si conocían los efectos secundarios y no tenían ni idea, piensan que es como tomar un paracetamol. Pero hasta el paracetamol tiene efectos secundarios...

En mi centro usamos los famosos "tamagochis" (seguro que no se escribe así, sorry). Son unos dispositivos electrónicos que mandan de manera inmediata a los padres las faltas, retrasos y amonestaciones vía móvil. Es decir, si un alumnos se hace la piarda a las 9:30 de la mañana, a las 10:30 al padre le llega un mensajito diciéndole que su hijo ha faltado de manera injustificada para que se ponga en contacto con el centro y así saber en todo momento qué ocurre con su hijo o hija...

Yo me pregunto ¿para qué? ¿Acaso no es más importante que un padre se entere de que su niña se ha tomado una píldora abortiva? ¿Tanto control para una cosa y tan poco para otra?
Os confieso que no entiendo nada. Mi sobrina mayor tiene diez años y cada vez me da más miedo que cumpla los catorce, solo espero que entre toda mi familia la eduquemos de manera que no se le pase por la cabeza hacer ninguna locura y que en todo momento confíe en nosotros.

4 comentarios:

Mirna dijo...

Este país está lleno de contradicciones y esta es una más. Que para llevarte a unos niños de 16 años al zoo tengan los padres que firmar una autorización y que la píldora se pueda comprar sin ningún control ni autorización paterna, no es más que otro síntoma de la podredumbre política a la que estamos sometidos. Los padres y familiares que queramos "salvar" a nuestros jóvenes, lo tenemos cada vez más difícil.
Pero tú no te preocupes por tu sobrina, Ángeles, que seguro que en tu familia tiene modelos a seguir y que lo hará con mucho cariño.
Me alegra leerte de nuevo.
Un beso muy fuerte.

Ángeles L. Satorre dijo...

Querida Mirna, estoy totalmente de acuerdo contigo, cada vez es más complicado intentar hacer las cosas bien.
Me alegra leerte a ti también.
Un abrazo.

Frente-Pequeña dijo...

Y todo porque parece que nadie es responsable de sus actos, así que es el Estado el que debe velar por nosotros, y quien dice el Estado dice el profesor o el médico.

Esther dijo...

La verdad es que yo no estoy de acuerdo con estos comentarios. Es cierto que falta información, es cierto que se ha dejado en manos de la buena voluntad y profesionalidad del farmacéutico, pero también es cierto que dentro de las propias familias se puede informar a las niñas, que se puede llevar a esa niña a un centro de planificación familiar en el que se le informe correctamente acerca de todas las cuestiones que tiene que ver con las prácticas sexuales. Porque no nos engañamos, nuestras sobrinas, hijas o ahijadas son seres sexuales, y llegada una edad tendrán la necesidad de manifestarla y eso tanto si nos gusta pensar en ello como si no. También conocemos tod@s familias en las que las cuestiones sexuales son temas tabús, en las que el sexo es simplemente pecado o algo dañino, en el mejor de los casos, y en cualquier caso, son pocas las familias que se sientan con sus hijos o hijas y les ponen en la manos un preservativo, por ejemplo, a la vez que les explican como se utiliza. La píldora del día después, con todas sus contraindicaciones, es un método anticonceptivo post coital. Hablemos a las niñas en las casas y en los centros educativos de sexualidad, de cómo evitar quedarse embarazada y luego echémonos las manos a la cabeza si se les ocurre comprarse una píldora del día después. Creo que las niñas que vivan en una familia en la que estos temas se traten con naturalidad no tendrán la necesidad de utilizar esta píldora sin consultarlo con sus padres.