domingo, 23 de noviembre de 2008

Wii-tis

Anoche vinieron a cenar unas amigas a casa, y después de tomar el picoteo decidir qué hacíamos. La tele era imposible de ver: programa de pseudo cotilleo enmascarado como programa de investigación (más de lo mismo), copla en el canal autonómico (no estoy en contra pero para sábado noche... como que no), reportaje sobre la crisis (ya sé suficiente sobre la crisis, mi hipoteca ha aumentado 60€ al mes durante los próximos seis meses que me la volverán a revisar), película para niños (¿Elektra?), etc.
Decisión tomada: Wii.
Que por cierto ha sido un regalo de reyes magos muy anticipado, porque si eres una niña muy muy buena, se tienen ciertas recompensas. Así que niños: a ser buenos ¿eh?
Bueno, ¿cómo puede sacar nuestros instintos un mandito que te enganchas en la muñeca?
Al hacer un saque de tenis, nos mordíamos los labios como si la pelota fuera a traspasar la pared e ir al salón del vecino. En los bolos, notabas hasta que te pesaba la bola en nuestros pequeños dedos.
Pero lo mejor (o peor): BOXEO. ¡El no va más! Intentábamos comportarnos educadamente, pero ¡qué va!, aquí lo que había que hacer era no dejar respirar al pobre muñeco virtual:puñetazo al estómago, en la cara, que no pudiera ni intentar tocarnos. Incluso debo confesar que en un momento pensé que alguna de nosotras iba a darle un puñetazo al muñeco utilizando la pantalla de la tele.
Alguien comentó que era una buena forma de soltar estrés después del trabajo el echar un par de asaltos.
Yo no quiero interpretar esta observación. Me da miedo lo que puediera pensar: "¿la violencia virtual como vía de escape del agobio real?", "¿un simple juego con el que reirnos y pasar un buen rato sin darle más interpretación?"...
Me niego a buscar tanto en mi subconsciente. Yo me lo pasé muy bien, me reí un montón, me relajé y tuve a mi alrededor a personas con las que disfruté un muy buen rato.
¿No es eso lo que buscamos un sábado por la noche?

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