Mi madre dice que hay "madres" y "madrecillas".
Le doy toda la razón y lo amplío también a "padres" y "padrecillos", pero no lo hago por el tema de la coeducación tan de moda hoy en día, sino por lo que a continuación voy a exponer.
Un amigo mío, director de un instituto, me comentó el otro día que habían expulsado a ocho alumnos de su centro durante una semana unos y quince días otros.
El padre de uno de los niños le comenta a mi amigo que cree desorbitada la decisión, que la culpa de que su hijo se escape del instituto saltando una valla de unos dos metros, es del centro por no tener suficiente seguridad...
Me imagino a este señor entrando en El Cortes Inglés y "llevándose", por ejemplo, un móvil.
Si no lo pillan: ¡estupendo, lo he conseguido!
Si lo pillan: ¡Jo, es que su servicio de seguridad es muy malo! Si fuera mejor, yo no lo haría. Digo yo que pondría esa excusa.
Si es que estamos equivocados. Debemos saltarnos las reglas y si nos pillan es que la seguridad no era suficiente y hay que mejorarla para que sea más dura y así no robar, no escaparnos del instituto... en definitiva no delinquir.
El mundo al revés.
Mi madre, que no es madrecilla sino madraza, me enseñó que siempre hay que ser noble en esta vida y responsable de nuestros actos.
No coment.
lunes, 26 de enero de 2009
miércoles, 21 de enero de 2009
AUTOBUSES
Debido a un pequeño accidente ocurrido el día de año nuevo, me veo obligada a ir en autobús pues no puedo conducir.
Aún me sorprendo de las situaciones tan diversas que podemos vivir y que jamás hubiera podido imaginar.
Suben dos hombres adultos acompañados de dos adolescentes de unos catorce años.
Al principio no presté atención, pues iba pensando en que mi madre iba a deleitarme con unas de sus maravillosas comidas, pero de pronto mi atención se vuelca con ellos:
- "Papá, te he dicho ya que no tienes que hacerles caso. Que te entre por un oído y te salga por el otro." Dice uno de los adolescentes.
- "Es que es muy difícil, no puedo evitarlo." Contesta el padre con gesto de preocupación.
-"No "ve vieho", si yo tuviera que hacer caso a todos los que se meten conmigo en el instituto, ya estaría muerto. Tienes que hacer como yo: pasar de ellos, es que si no todos los días te tienes que pelear y perder."
No podía creer lo que estaba oyendo: ¡Un hijo dando consejos a su padre de cómo sobrevivir ante algún desalmado que se aprovecha de su debilidad!
Después de esas frases, el chaval se puso a hablar con su amigo adolescente sobre un juego de guerra de la Wii...
Conclusión 1: A veces asumimos tanto nuestro rol, aunque no nos guste, que no intentamos
cambiar.
Conclusión 2: Unos utilizan la violencia en su vida y otros buscan una vida virtual para utilizar la violencia.
viernes, 16 de enero de 2009
MI "MOMENTO ABSOLUTO"
Dicen que no sé estarme quieta, que soy "culillo de mal asiento". Tienen toda la razón.
Pero en mi defensa diré que aunque me gusta hacer muchas cosas, y normalmente son a la vez, quien me conozca seguro que ve a una persona tranquila.
Desde muy pequeña siempre me ha gustado aprender e intentar que no pase un día sin que haya "aprovechado el tiempo".
El otro día hablando con una amiga, me comentaba que le faltaba tiempo para ella, que con el trabajo, su hija, y la casa que no podía dedicarse ni cinco minutos.
Esta idea está muy generalizada en nuestra sociedad.
En la mayoría de los casos, sacrificamos nuestro "momento absoluto" por realizar las más arduas e ingratas tareas que nos llevan al estrés y a la tristeza.
Mi "momento absoluto" es aquél que cuando ha terminado, echo de menos.
Puede ser de muchos tipos: diez minutos abrazada a mi refugio, una buena película que ha hecho volar mi imaginación, un libro que cautiva, una canción que te llena el pecho de emociones, seguir en la cama cinco minutos después de sonar el despertador, un paseo por el campo, un abrazo de mis sobrinas después de haber jugado con ellas...
Yo sé cuándo necesito recuperar mi "momento absoluto" en el momento que no tengo en mi cabeza una banda sonora de fondo.
Unas de mis pasiones es escuchar música, soy una cantante frustrada. Así que cuando me doy cuenta que no tengo una canción dando vueltas de fondo: ¡peligro!
Busquemos nuestros momentos y disfrutemos un poquito más del tiempo para que no sea perdido.
miércoles, 14 de enero de 2009
NO SÉ RECORDAR EL PASADO SIN TI...
EXCLUSIVIDAD
Mi amiga Maribel me ha pedido que haga una recopilación de fotos en la que aparezcamos mi refugio y yo pero no me ha dicho para qué las va a utilizar. Supongo que para una de sus sorpresas.
Le encanta preparar pequeños grandes detalles para sus amigos. Creo que es la persona que conozco que más disfruta regalando cositas en las que ha tenido que elaborar con sus manos parte de esos detalles.
Por ejemplo, ahora hace unas carteras preciosas con papel de tebeos, de regalo o bien con fotos que nadie cree que son hechas a mano.
A mi me ha regalado una de Mortadelo y Filemón, uno de mis tebeos favoritos. Desde que me la regaló la estoy usando y debo reconocer que cuando voy a pagar en alguna tienda y tengo que sacarla, lo hago con orgullo por ser algo único que ha hecho Maribel para mi.
Es un regalo exclusivo y, a pesar de lo que piense la sociedad, para que algo sea exclusivo no debe ser caro, sólo debe ser creado con un cuidado tan especial y pensando en la persona que lo va a utilizar. Si a esto le añadimos el cariño de la amistad sincera, el detalle no tiene precio.
Maribel eres grande.
viernes, 9 de enero de 2009
VUELTA A LA RUTINA
Hemos estado en Zaragoza en casa de unos amigos y aprovechamos la ocasión para visitar el Monasterio de Piedra: un vergel en medio de una zona de matorral. Un paraíso para quienes quieran olvidarse del mundo y escuchar unicamente cómo cae el agua por mil cascadas.
Es curioso cómo el agua se divide para después de un momento de incertidumbre sin saber dónde va a ir a parar, vuelve a reunirse para caer unida con más fuerza.
Para sobrevivir a estas fiestas, hemos hecho como el agua: unirnos para ser más fuertes: unirnos con la familia y amigos.
Son unas fiestas algo duras cuando se echa de menos a personas queridas, pero también es un tiempo de ilusiones, o al menos eso dicen.
La verdad es que intento tener ilusiones todo el año porque de lo contrario no podría vivir con el estrés del trabajo y otros de tipos variados.
Gracias a mi refugio han sido unos días de conocimiento y descanso y para su pesar, de compras.
Estos días he pensado mucho en la familia.
No voy a entrar a definir la familia.
¿Mi refugio y yo formamos una familia?
Ni idea. Decidan ustedes: Éramos dos personas desconocidas que empezaron a tener unos sentimientos correspondidos. Salíamos al cine, a cenar, a pasear, de visita a casa de las familias respectivas. Nos cuidamos. Nos preocupamos de que la otra persona no sufra y si lo hace, la consolamos.
Reímos, lloramos, amamos.
No hay papeles oficiales ni contrato de ningún tipo, pero ya son siete años. Unos pocos ¿no?
Me gusta compartir la vida con mi refugio. Me hace sentir muy especial sobre todo cuando nos unimos como el agua para ser más fuertes.
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