Feliz Navidad a todos...
Hoy estoy echando mucho de menos a mi padre.
En estas noches, él siempre tenía una broma preparada: polvos pica pica o bombas de peste o como la que le preparó a mi abuela.
Aquí en Málaga son muy típicos los roscos de vino que están espolvoreados de azúcar glasé. Pues bien, mi padre se entretuvo en quitar el azúcar a cada rosco para sustituirla por bicarbonato, quedando con idéntico aspecto. Mi abuela se moría por los roscos de vino, así que mi padre muy galante con su suegra le da un rosquito. Cuando mi abuela mordió el rosco y empezó a salirle espuma por la boca, mis hermanos y yo no podíamos parar de reír. Mi madre diciendo: "¡Paco, por Dios! ¿Qué le has hecho a mi madre?" ¡Qué risa!
Las navidades son para conseguir recuerdos que luego nos ayudarán a pasar mejor los años en que estas fechas tan señaladas sean un poquito más difíciles de digerir bien porque nos faltan muchos seres queridos en la mesa, bien porque no puedes disfrutarlas con nuestros refugios.
Feliz Navidad a todos mis amigos.
Feliz Navidad a toda mi familia, a la que está a mi lado sintiendo y a la que siento a mi lado aunque no estén.
Feliz Navidad a mi refugio.
miércoles, 24 de diciembre de 2008
jueves, 18 de diciembre de 2008
CONTRADICCIONES E INDIGNACIÓN
Hoy he ido a almorzar a casa de mi madre.
Llevaba toda la mañana pensando en su arroz y en lo bien que prepara las almejas salteadas, deseando degustar sobre todo el cariño y esmero con el que cocina una madre para su hija.
Y por supuesto, siempre se supera. Hoy además, al llegar a su casa le he dado un fuerte y largo abrazo porque he tenido miedo de perderla. La madre de una compañera de trabajo ha fallecido y eso siempre hace pensar en lo rápido que puede cambiar la vida hacia el otro lado.
Siempre que voy allí tengo una larga conversación con ella y me ha contado algo que me ha indignado profundamente y hasta diría más: me ha cabreado.
Hace catorce años que falleció mi padre. Mi madre entró en una depresión al perder al gran amor de su vida después de casi 45 años juntos. Yo diría que después de ese tiempo junto a la persona amada y acto seguido, levantarte un día y ver que ya no está es para volverse loco.
El ver sufrir así a mi madre y sentir una gran impotencia por no poder devolverle su vida y sus planes de futuro hacía que me estrujara la cabeza para intentar sacarla a flote.
No sé cómo, pero me informé de una gimnasia para mayores que ofrecía un hogar de la tercera edad de la Junta de Andalucía. El edificio es una casa andaluza con su patio lleno de macetas, mucha luz, una azotea preciosa.
Después de comerle mucho la cabeza(casi tres años) para que fuéramos juntas a ver el sitio y que después decidiera, conseguí que me acompañara.
Le gustó.
Así que la apunté al taller de gimnasia. Le dio la vida. El estar durante unas horas al día sin pensar en la soledad, lo gratificante que puede ser el ejercicio físico, el contacto humano, el sentirse viva y activa ha hecho, durante estos once años, que una persona no se hunda, se ría con sus compañeras y tenga una obligación gustosa cada día. A modo de anecdota, debo decir que en los períodos de vacaciones (verano, navidad...) mi madre tiene mono de gimnasia y se pone sola en casa a hacer ejercicios físicos porque le hacen sentir mejor.
Pues ahora la Junta de Andalucía, esa que tanto dice que cuidemos a nuestros mayores, va a echar de los talleres a los "usuarios" que llevan más tiempo haciendo las actividades para que entren "usuarios" nuevos. Es INDIGNANTE que ahora, personas como mi madre, que no "usuarios", se tenga que quedar sin una motivación para seguir estando activa y que, a pesar de sus achaques y gracias al ejercicio físico, se valga por ella misma.
El traumatólogo le dijo a mi madre hace un mes que siguiera con la gimnasia pues con una minusvalía del 67%, reconocida por dicha Junta de Andalucía, era muy importante, para que no se agravara sus problemas físicos, el ejercicio físico.
Es INDIGNANTE que unas personas, que no "usuarios", tengan su mente activa pues no son solo ejercicios físicos, la hacen mantenerse activa intelectualmente.
Para la Junta de Andalucía, ¿qué se supone que debe hacer ahora mi madre pensionista: quedarse en casa a esperar?
Mientras escribo esta entrada salen lágrimas de indignación, tristeza e impotencia.
No olvidemos a nuestros mayores por favor.
Llevaba toda la mañana pensando en su arroz y en lo bien que prepara las almejas salteadas, deseando degustar sobre todo el cariño y esmero con el que cocina una madre para su hija.
Y por supuesto, siempre se supera. Hoy además, al llegar a su casa le he dado un fuerte y largo abrazo porque he tenido miedo de perderla. La madre de una compañera de trabajo ha fallecido y eso siempre hace pensar en lo rápido que puede cambiar la vida hacia el otro lado.
Siempre que voy allí tengo una larga conversación con ella y me ha contado algo que me ha indignado profundamente y hasta diría más: me ha cabreado.
Hace catorce años que falleció mi padre. Mi madre entró en una depresión al perder al gran amor de su vida después de casi 45 años juntos. Yo diría que después de ese tiempo junto a la persona amada y acto seguido, levantarte un día y ver que ya no está es para volverse loco.
El ver sufrir así a mi madre y sentir una gran impotencia por no poder devolverle su vida y sus planes de futuro hacía que me estrujara la cabeza para intentar sacarla a flote.
No sé cómo, pero me informé de una gimnasia para mayores que ofrecía un hogar de la tercera edad de la Junta de Andalucía. El edificio es una casa andaluza con su patio lleno de macetas, mucha luz, una azotea preciosa.
Después de comerle mucho la cabeza(casi tres años) para que fuéramos juntas a ver el sitio y que después decidiera, conseguí que me acompañara.
Le gustó.
Así que la apunté al taller de gimnasia. Le dio la vida. El estar durante unas horas al día sin pensar en la soledad, lo gratificante que puede ser el ejercicio físico, el contacto humano, el sentirse viva y activa ha hecho, durante estos once años, que una persona no se hunda, se ría con sus compañeras y tenga una obligación gustosa cada día. A modo de anecdota, debo decir que en los períodos de vacaciones (verano, navidad...) mi madre tiene mono de gimnasia y se pone sola en casa a hacer ejercicios físicos porque le hacen sentir mejor.
Pues ahora la Junta de Andalucía, esa que tanto dice que cuidemos a nuestros mayores, va a echar de los talleres a los "usuarios" que llevan más tiempo haciendo las actividades para que entren "usuarios" nuevos. Es INDIGNANTE que ahora, personas como mi madre, que no "usuarios", se tenga que quedar sin una motivación para seguir estando activa y que, a pesar de sus achaques y gracias al ejercicio físico, se valga por ella misma.
El traumatólogo le dijo a mi madre hace un mes que siguiera con la gimnasia pues con una minusvalía del 67%, reconocida por dicha Junta de Andalucía, era muy importante, para que no se agravara sus problemas físicos, el ejercicio físico.
Es INDIGNANTE que unas personas, que no "usuarios", tengan su mente activa pues no son solo ejercicios físicos, la hacen mantenerse activa intelectualmente.
Para la Junta de Andalucía, ¿qué se supone que debe hacer ahora mi madre pensionista: quedarse en casa a esperar?
Mientras escribo esta entrada salen lágrimas de indignación, tristeza e impotencia.
No olvidemos a nuestros mayores por favor.
martes, 9 de diciembre de 2008
Postales
Hoy he empezado a escribir las postales de Navidad para mandárselas a mis seres más queridos.
Y alguno pensará que con internet y encima siendo bloguera cómo sigo escribiendo a la antigua usanza. Pues muy fácil: me encanta elegir cada postal para su correspondiente destinatario, y es algo muy especial porque para mis hermanos he elegido aquellas en las que aparece motivos infantiles (por eso de las sobrinas y el sobrino).
Para mis amigos necesito mi tiempo porque a cada uno me gusta dedicarles mensajes personalizados, no los típicos de "y próspero año 200...".
Y uno muy especial para mi madre, esa gran mujer. Este año le he añadido un pequeño acróstico que creo que le va a hacer mucha ilusión:
Mujer que en La Trinidad nació,
Amando a Paco y con él creció,
Mudándose al Perchel los dos
A vivir felices con todo su corazón.
Este año debo decir que me alegro de no tener que escribir a mi alma, mi refugio...:
Ya he tenido mi regalo de Reyes: mi cueva la comparto con mi amor...
jueves, 4 de diciembre de 2008
Hipotecas
Hoy va a ver entrada doble, porque escribiendo la anterior escucho de fondo el telediario que dice que acaban de bajar los tipos de interés en las hipotecas para dar un respiro a las familias españolas.
¡Qué cara de idiota se me ha quedado cuando acaban de revisarme la hipoteca y me ha subido 60€ al mes para los próximos seis meses!
¡Además parece que es la bajada más fuerte en los últimos años! ¡Buaaaa!
Lo único que me queda es dar gracias a Dios por poder pagarlos y tirar para adelante.
¡Qué cara de idiota se me ha quedado cuando acaban de revisarme la hipoteca y me ha subido 60€ al mes para los próximos seis meses!
¡Además parece que es la bajada más fuerte en los últimos años! ¡Buaaaa!
Lo único que me queda es dar gracias a Dios por poder pagarlos y tirar para adelante.
Culpas
No he tenido muchas relaciones sentimentales a lo largo de mi vida, pero he sido dejada y he dejado. En el primer caso, la mala era la otra persona y en el segundo, la mala fui yo. Esto ocurre casi siempre.
Todo es relativo. Frase muy socorrida pero cierta, hay toda una teoría física sobre ello, que aunque no trata sobre lo relativo del amor, sí sobre lo relativo en el universo y el amor está en el universo ¿no?
No sabría decir claramente cuándo lo pasé peor, aunque creo que cuando dejé tenía unos sentimientos encontrados que no tuve al ser dejada.
En este último caso, estaba enamorada y ya no me querían, así que yo tenía muy claro todo, sólo que no salió como yo hubiera deseado, pero de aquello saqué muy buenas enseñanzas.
Cuando dejé de querer, resultó que me sentí la peor persona del mundo: había hecho daño a alguien que no tenía culpa de que yo no sintiera ese amor. Pero, ¿qué podía hacer?: ¿engañar a esa persona y fingir que la quería o ser coherente y dejarla que buscara a alguien que de verdad la quisiera?
Creo que lo mejor es honesto con uno mismo y aunque a veces quedemos de malas personas, el tiempo todo lo pone en su sitio y pone nombre a las personas.
Todo es relativo. Frase muy socorrida pero cierta, hay toda una teoría física sobre ello, que aunque no trata sobre lo relativo del amor, sí sobre lo relativo en el universo y el amor está en el universo ¿no?
No sabría decir claramente cuándo lo pasé peor, aunque creo que cuando dejé tenía unos sentimientos encontrados que no tuve al ser dejada.
En este último caso, estaba enamorada y ya no me querían, así que yo tenía muy claro todo, sólo que no salió como yo hubiera deseado, pero de aquello saqué muy buenas enseñanzas.
Cuando dejé de querer, resultó que me sentí la peor persona del mundo: había hecho daño a alguien que no tenía culpa de que yo no sintiera ese amor. Pero, ¿qué podía hacer?: ¿engañar a esa persona y fingir que la quería o ser coherente y dejarla que buscara a alguien que de verdad la quisiera?
Creo que lo mejor es honesto con uno mismo y aunque a veces quedemos de malas personas, el tiempo todo lo pone en su sitio y pone nombre a las personas.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
Solidaridad
Bueno, que levante la mano quien hoy en día no se considere solidario. Creo que pocas personas admitirían que no son solidarios, bien con alguien cercano o bien con alguna ONG famosa para luego presentarlo en la declaración de la renta para que le desgrave el porcentaje de turno.
¡Ay, que ilusa soy!
Hoy al mediodía, me he encontrado el coche, que anoche aparqué perfectamente, con un golpetazo en el faro del copiloto, toda la carrocería metida hacia la rueda. Y por la forma en que estaba aparcado el coche, tuvo que ser alguien que iba en dirección prohibida. Claro, ante semejante energúmeno ¿cómo iba yo a esperar que fueran a dejarme los datos del seguro?
Pues lo dicho: Ingenua que es una.
Creo que pocas cosas en este mundo hacen que seamos tan poco solidarios que nuestros coches.
Nos salen sapos por la boca cuando vamos conduciendo y alguien se nos cuela o bien pensamos que nos ha hecho algo por lo que se merece el castigo eterno del infierno.
Pensemos si la próxima vez que "rocemos" el coche de alguien ... ¿seremos solidarios o nos iremos de puntillas para que nadie nos oiga?
¡Ay, que ilusa soy!
Hoy al mediodía, me he encontrado el coche, que anoche aparqué perfectamente, con un golpetazo en el faro del copiloto, toda la carrocería metida hacia la rueda. Y por la forma en que estaba aparcado el coche, tuvo que ser alguien que iba en dirección prohibida. Claro, ante semejante energúmeno ¿cómo iba yo a esperar que fueran a dejarme los datos del seguro?
Pues lo dicho: Ingenua que es una.
Creo que pocas cosas en este mundo hacen que seamos tan poco solidarios que nuestros coches.
Nos salen sapos por la boca cuando vamos conduciendo y alguien se nos cuela o bien pensamos que nos ha hecho algo por lo que se merece el castigo eterno del infierno.
Pensemos si la próxima vez que "rocemos" el coche de alguien ... ¿seremos solidarios o nos iremos de puntillas para que nadie nos oiga?
martes, 2 de diciembre de 2008
Hoy he empezado tres veces esta entrada, y las tres las he borrado, porque no me convencían.
Después he recordado que estando tomando un chocolate esta tarde con mi refugio, tenía en frente un cuadro de un molinillo de café.
Automáticamente me he acordado de mi abuela. Cuando era pequeña, estaba deseando que mi abuela me pidiera que cogiera el molinillo del cafe para molerlo. Para mí era algo mágico...
Mi abuela era una mujer de mucho y raro carácter. No le gustaba que la llamáramos abuela, para sus nietos era MamaEncarna.
MamaEncarna era muy alta, nada que ver con esta que escribe. Como diría mi amiga Maribel, una mujerona. Pero después de los años, sé que era muy peculiar.
Quizás debió querer más a sus hijas y también haberlas ayudado en los momentos difíciles, pero quizás también no supo cómo hacerlo.
Lo que sí puedo asegurar es que tuvo una hija excepcional que es mi madre, y que otro día contaré por qué.
Después he recordado que estando tomando un chocolate esta tarde con mi refugio, tenía en frente un cuadro de un molinillo de café.
Automáticamente me he acordado de mi abuela. Cuando era pequeña, estaba deseando que mi abuela me pidiera que cogiera el molinillo del cafe para molerlo. Para mí era algo mágico...
Mi abuela era una mujer de mucho y raro carácter. No le gustaba que la llamáramos abuela, para sus nietos era MamaEncarna.
MamaEncarna era muy alta, nada que ver con esta que escribe. Como diría mi amiga Maribel, una mujerona. Pero después de los años, sé que era muy peculiar.
Quizás debió querer más a sus hijas y también haberlas ayudado en los momentos difíciles, pero quizás también no supo cómo hacerlo.
Lo que sí puedo asegurar es que tuvo una hija excepcional que es mi madre, y que otro día contaré por qué.
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