Hoy he salido del instituto con muy mal sabor de boca. Los padres de una alumna se han separado recientemente y por lo visto han acabado tirándose los trastos a la cabeza.
Como suele ocurrir en estos casos, los hijos son moneda de cambio y riqueza para que sean ellos los que decidan cuál de sus progenitores es peor persona.
Esta alumna después de pasar un fin de semana luchando con sus sentimientos, se hizo una piarda el lunes y no entró al instituto.
Hoy me decía llorando, que le iba a estallar la cabeza y que se fue con una amiga a desahogarse.
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Su madre se había enterado, pero mi alumna no quiere preocuparla y no le dice que está sufriendo por dentro, mientras que su madre cree que no le interesan los estudios (como información diré que esta alumna nunca ha repetido curso).
Este jueves tengo una cita con esa madre para hablar de su hija...
¡Qué injustos somos los adultos intentando resolver nuestros problemas y diferencias!
Este jueves me haría una piarda de la vida para irme a pasear junto a unos lirios y unos naranjos en flor contemplando a las golondrinas volar...